El valor de la marca de una empresa y la necesidad de su protección.

Para Kelvin King, socio fundador de Valuation Consulting, “el capital intelectual se reconoce como el activo más importante que poseen muchas de las empresas más grandes y poderosas del mundo; para dichas empresas, el capital intelectual es la clave de su dominio del mercado y de su rentabilidad continua.”[1] Sin embargo para el especialista a pesar de esto, “las empresas aún no toman plena conciencia de la función de los derechos de Propiedad Intelectual (En adelante P.I)”.[2]

De modo que se estima que el 80% del valor de una empresa lo constituyen los activos intangibles, es decir aquella propiedad intelectual de una empresa, que se compone de marcas, avisos comerciales, patentes, diseños industriales, secretos industriales, derechos de autor y derechos conexos, así mismo los permisos ante el gobierno.

Y es que al parecer en muchas ocasiones las empresas piensan que el valor total de una empresa se refleja en sus utilidades dentro de su contabilidad, es decir sus ganancias, y cerradas tratando de incrementar estas o bien de mantenerlas, primordialmente se concentran en los gastos de operación, atención al cliente, publicidad etc. y dejan descuidada esta parte tan importante, “cuando en general, las normas de contabilidad no reflejan la importancia de los derechos de P.I. y de los activos intangibles en las cuentas de una empresa y, a menudo, estos derechos son subestimados, mal administrados o explotados de manera insuficiente.”3

Para darnos una idea clara del valor de una empresa, podríamos pensar en la compañía más grande del mundo Alphabet, mejor por conocida por su marca “Google”, la cual en el 2022 llegó a cifras de casi 820,000,000  de dólares[3] y ha superado a grandes firmas como Apple.

El éxito de la empresa Alphabet, se basa en  “Google”  como todos lo sabemos un buscador en internet, vaya algo tangible que ni siquiera podemos tocar; si nos pusiéramos a pensar, que pasaría si la marca no hubiera sido registrada, ¿el éxito de Google hubiera sido el mismo? ¿Y por consecuencia el valor de la empresa Alphabet sería el mismo?.

Probablemente son interrogantes que lógicamente podemos contestar, analizando su protección y considerando de que parte del éxito de la empresa Alphabet, se debió a registrar la marca “Google” de tal forma que impidió a empresas que ofrecían un servicio similar, ingresaran al mercado con una marca con una denominación o un diseño igual o semejante que hubiera podido confundir al público consumidor; adicional a que la empresa Alphabet, si no hubiera registrado la marca y protegido de la mayor forma jurídicamente posible, es muy probable que algún tercero tratando de realizar un competencia desleal la hubiera registrado y el éxito de la empresa no hubiera sido el mismo.

Y es que una marca tiene un valor desde el momento que la creas en tu cabeza y ese valor aumenta, cuando fijas de manera material y haces un diseño grafico de la misma, y va aumentando conforme la marca ingresa al mercado y es reconocida por el consumidor, y la única manera de proteger dicho valor de la marca, es a través del registro.

Es importante mencionar que, de acuerdo a tratados internacionales como el Convenio en París para la protección de la Propiedad Industrial del 20 de marzo de 1883, se acuerda entre los países que participan en la celebración de dicho tratado, que las marcas son derechos territoriales, lo que implica que su protección se limita a los países o las regiones en los que están registradas.

De modo que para proteger una marca es necesario registrarla, para lo cual se presenta una solicitud ante la oficina nacional o regional de propiedad intelectual (PI).[4] En el caso de nuestro país México, el organismo garante ante el cual se solicita la protección de las marcas, es el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).

Es en el IMPI, donde se presenta una solicitud para el estudio de la marca y su registro ante dicho organismo, por diez años, otorgándole una exclusividad a nivel nacional, aplicada a ciertos productos o servicios conforme a la clasificación internacional de Niza.

De modo que, al registrar la marca, se tiene una exclusividad en todo el País donde fue registrada, sin que ninguna persona tenga derecho a utilizar una marca igual o semejante aplicada a los productos o servicios que fue protegida, sin el consentimiento del titular.

En este sentido, podemos afirmar que es de suma importancia el registro, porque adicional a la exclusividad y proteger el valor de la marca, que como hemos mencionado puede ser por grandes cantidades de dinero, el registro proporciona una certeza jurídica del uso de la misma, que permite la explotación a nivel nacional, evitando problemas legales, como la infracción de derechos por utilizar una marca similar, con multas hasta por las 250,000 Unidades de Actualización (UMAS).

De ahí que toda persona que busque sacar una marca al mercado, debe considerar realizar la protección de la misma, sin importar si es un pequeño proyecto o un proyecto millonario, porque de no hacerlo, podría estar sujeto en cualquier momento a una infracción derivada de una demanda que presente una persona con una marca similar o una inspección del IMPI.

En conclusión, el costo de registrar una marca representa más que un gasto para las empresas, una inversión para proteger parte de los activos de la misma, que protege el valor de la marca, da certeza jurídica, así mismo tiene otros beneficios como gravarla, hacer licenciamientos de la misma, o cederla a un tercero.

[1] Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI o WIPO), Disponible en línea: http://www.wipo.int/sme/es/documents/value_ip_intangible_assets.htm, consultado el 12 de abril de 2016.

[2] Idem. 3 Idem.

[3] Disponible en línea: https://es.statista.com/estadisticas/656666/valor-de-marca-global-de-google/#:~:text=Tras%20un%20pronunciado%20receso%20entre,casi%20820.000%20millones%20de%20d%C3%B3lares.

[4] Consultado en línea: https://www.wipo.int/trademarks/es/protection.html

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